Pamela Gutiérrez ha vivido “prácticamente la vida entera en Ñuñoa”, la comuna que defendió por medio de una carta al director en El Mercurio, y que ha provocado un sinnúmero de reacciones en medios de comunicación y en redes sociales.
Gutiérrez es periodista con 30 años de trayectoria, y su carta expresaba su “profunda molestia como vecina y ciudadana por la denostación que sufre constantemente la comuna de Ñuñoa”, y demandaba dejar “de motejar a la comuna, señalándola como mala metáfora política”.
Sus palabras hacen alusión a los calificativos de Ñuñoa como “comuna progre” que impera en redes sociales, y en opiniones de legisladores como Fidel Espinoza y académicos como Iván Poduje.
A solo días de la publicación de esta defensa, su autora conversó en exclusiva con Vía X sobre las consecuencias de su escrito, y la razón de por qué Ñuñoa es objeto de ridiculización política y social
–¿Qué es lo que te gatilla escribir esta carta?
-Yo, como toda periodista, estoy muy metida en redes sociales. Entonces, hace mucho rato que yo veía que Ñuñoa era parte de una constante mofa, estigmatización. Pero lo que me colmó, porque yo soy una persona profundamente interesada en política, políticas públicas, es que un senador y un académico se sumaran a la caricatura para criticar la gestión de un gobierno. Uno puede criticar la gestión de un gobierno como se le dé la gana porque es parte de la democracia. El tema es cuando utilizas una mala metáfora política para caracterizar un gobierno. Y esa mala metáfora política consiste en meter a “Ñuñoa”, a los ñuñoínos, como un solo saco, estigmatizando. Claro, hay otras comunas que las estigmatizan diciendo que son comunas que son nidos de delincuentes, o comunas que tienen esto o lo otro, y nadie se queja. Bueno, me gustaría que con este punto nos dejáramos, como ciudadanos, de motejar, de estigmatizar a las comunas de manera gratuita, de hacer caricaturas con las comunas. En el fondo, hay gente que no puede decir que vive en tal comuna porque o se ve pobre, o no le dan trabajo.
–Da la sensación que en nuestro país hay una “tradición” por estigmatizar todo: tipos de personas, lugares, comunas.
–Lo que pasa es que esto tiene que ver con la pobreza del debate. Tienes que pensar que Chile, en general, es un país que prácticamente no lee, y eso no lo digo yo, lo dicen los mismos resultados del SIMCE. Entonces al tener una pobreza de vocabulario, y una pobreza de debate, en el fondo cuando tú tienes que referirte a un fenómeno, lo haces a través de la caricatura. El tema es que un senador, y un académico, y en eso tengo que reconocer que Iván Poduje reconoció su error, no pueden sumar a una caricatura. Es obligación de los parlamentarios de los sectores de políticas públicas elevar el debate. Ese es el punto.
–Después de la publicación de tu carta hubo una amplia reacción en redes sociales. ¿Qué te parece esto?
-Me he enterado por amigos. Pero yo creo que esto da cuenta que el tema de Ñuñoa era parte de la estigmatización. Es parte del juego, no más que eso. O sea, he visto groserías y me llama la atención que no hay una altura de debate, no existe y tampoco lo espero. Pero no existe, y eso nos hace mal como país.
–¿Qué opinas del respaldo de la alcaldesa de Ñuñoa?
-Se lo agradezco porque para la alcaldesa, ella misma lo dice: que hay una debilidad intelectual en términos de hacer un mote de la comuna.
–¿Cómo puedes definir Ñuñoa?
-No quiero definirla. Yo más bien invito a las organizaciones sociales a que lo hagan. Las organizaciones sociales, juntas de vecinos, uniones comunales, parroquias, las incluyo porque las parroquias también son sedes de centro social. En la comuna de Ñuñoa hay que andar en micro, hay que caminarla, hay que conocer las casas, el tipo de casas, de barrio, y eso yo diría que lo hacen mejor las organizaciones sociales que uno.
–¿Qué te ha dicho tu círculo íntimo sobre la carta?
-Ha causado mucha sorpresa. Hay gente que me ha dicho que a mí no se me habría ocurrido mandar esta carta porque es como para qué. Hay otros que me dicen que estuvo súper bueno. Se puede criticar a un gobierno, a un partido político, a una corriente política, se puede hacer, se debe hacer. Lo que molesta es que se haga por medio de una caricatura, y no solamente en Ñuñoa.
Hay dos cosas que molestan: una, como te digo, es la caricatura de meter a todos los ñuñoinos en un solo saco porque los barrios son súper distintos. Es distinto a la del sector de Grecia hacia el sur, la Villa Olímpica, Grecia hacia el oriente, que también tiene sectores y focos de pobreza o de marginalidad, si es que hablamos del sector de la Santa Julia. Lo mismo que aquí, la avenida Italia, partió siendo un sector muy deprimido que tiró para arriba con lo que fue por los subsidios de renovación urbana. Entonces que digan “los ñuñoínos”, y que nos pongan a todos abrazando árboles, veganos, y una serie de características, eso molesta. Pero dentro de todo lo que molesta que nos pongan en un mismo saco, en que nos atribuyan ciertas características que, más encima, esa misma caricatura lo use gente que tenga que elevar el debate como parlamentarios y académicos, eso es la cadena que molesta.