Francia vivió hace pocas horas atrás su tercera noche de manifestaciones callejeras, después que Nahel M, un joven de 17 años, falleciera en medio de un control policial. Estas últimas jornadas de desórden han saldado casi 900 detenidos, 500 edificios públicos atacados y alrededor de 2 mil vehículos quemados.
Las protestas aumentan día a día y el gobierno francés está estudiando “todas las opciones” para regresar el orden al país.
Según las autoridades, la violencia también han dejado 250 policías heridos. Los agentes, según el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, han “enfrentado con valentía a una violencia poco frecuente”.
Quién era Nahel M
El joven de 17 años trabajaba como repartidor de comida y jugaba al rugby. Su madre lo crió, era su único hijo. Su proceso educacional es considerado como “caótico” porque su historial de asistencia a la universidad era pobre. Nahel estudiaba en la universidad de Suresnes para ser electricista.
Una de sus principales pasiones era el rugby. Jugó tres años para el club de Piratas de Nanterre y formaba parte de un programa de integración para adolescentes con dificultades en la escuela. Esto tenía como objetivo que personas de áreas desfavorables participaran en programas de formación.
Jeff Puech, presidente del Ovale Citoyen, un conocido equipo de rugby de Francia, conocía a la víctima y comentó a Le Parisien que era un “chico que usaba el rugby para salir adelante“, y que “era alguien que tenía la voluntad de encajar social y profesionalmente, no un chico que traficaba con drogas o que se divertía con [actos de] delincuencia juvenil“.
Últimos momentos y reacciones
El pasado martes, Nahel se despidió de su madre antes que ella se fuera a trabajar. Le dijo “te amo, mamá” y no se volvieron a ver nunca más. Minutos después de las 9 de la mañana, la víctima recibió un tiro en el tórax por parte de un policía. Nahel conducía un Mercedes Benz e intentó darse a la fuga en un control.
Tras su muerte, su madre comentó “¿qué voy a hacer ahora?, le dediqué todo”. La mujer agregó “solo tengo uno, no tengo 10 [hijos]. Él era mi vida, mi mejor amigo“.
Su abuela lo definió como un “chico bueno y amable“. El líder del Partido Socialista, Olivier Faure, comentó que “negarse a parar no te da licencia para matar”, y que “todos los niños de la República tienen derecho a la justicia”.
Discriminación
La muerte de Nahel ha traído nuevamente el tema de la violencia policial y la discriminación. Su familia era de origen argelino, y en las protestas más de una pancarta decía “que Alá le conceda misericordia“.
“La violencia policial ocurre todos los días, especialmente si eres árabe o negro“, dijo un joven manifestante, aunque el abogado de la familia de Nahel cree que esto no se trata de racismo, sino que de justicia. “Tenemos una ley y un sistema judicial que protege a los policías y crea una cultura de impunidad en Francia“, comentó Yassine Bouzrou.
Desde el 2021 Nahel había sido controlado 5 veces por la policía. Hace pocos días atrás había sido detenido por negarse a cooperar y debía asistir a un tribunal en septiembre. La mayoría de sus problemas estaban vinculados con automóviles.
En Francia, esta muerte no es única en su tipo. El 2005, dos adolescentes, Zyed Benna y Bouna Traoré, murieron electrocutados después de escapar de la policía después de un partido de fútbol. Dos agentes fueron apuntados por no prestar auxilio a las víctimas, lo que desató manifestaciones durante múltiples jornadas.