La crisis de salud desatada por las enfermedades respiratorias sigue su curso. Por esto es que, después de ocho meses sin mascarilla, la autoridad ha vuelto a implementar la obligación del uso de mascarilla para niños y niñas mayores de 5 años en establecimientos educacionales. Esto hasta el término de la crisis sanitaria.
La medida se anunció después de la muerte de lactantes que ha afectado al país debido a las enfermedades respiratorias. La muerte de una menor de dos meses en el Hospital Base de San Antonio, y el posterior deceso de una menor de 3 años en Monte Patria, habrían sido indicadores que impulsaron esta decisión.
Según explicó la ministra de Salud, Ximena Aguilera, la alerta sanitaria se extenderá hasta el 31 de agosto. Se recomendó el uso de mascarilla cuando los menores se trasladen en el transporte público o cuando estén en aglomeraciones. Los expertos tienen diversas miradas sobre esta medida que busca “salvar vidas“.
Agresividad y empatía
Se prevé que el regreso de esta medida en los menores podría afectar la comunicación y la empatía entre ellos porque esto “tiene que ver con nuestro tono de voz, pero también con nuestros gestos y nuestra expresión facial“.
La agresividad también sería un factor a considerar. La psicóloga, Paula Errázuriz, dijo a Emol.com que “es posible que el uso de mascarilla esté asociado al aumento de la agresión hacia otras personas, porque al no verle la cara al otro es más difícil verlo como una persona real que tiene sentimientos y que es afectado por lo que nosotros hacemos. Y, en ese sentido, es más fácil agredir a alguien a quien no le veo la cara que agredir a alguien que sí veo cómo se está sintiendo“.
La lectoescritura también se podría ver afectada. “Los niños con mascarillas tienen problemas para hablar, escuchar, ver modulación de palabras, entender expresiones que son imprescindibles en el proceso de comunicación no verbal y verbal. También en el aprendizaje de un segundo idioma, donde es fundamental observar la modulación del profesor“, dijo la vocera de “Escuelas Abiertas”, María Teresa Romero.