En la jornada de este jueves, Japón comenzó a verter al Pacífico el agua contaminada procedente de la accidentada planta nuclear de Fukushima, después de que fuera tratada para retirarle la mayor parte de residuos radiactivos.
Tras años depurando el agua en el mayor nivel posible, la empresa encargada de realizar el vertido del líquido abrió las primeras válvulas tal y como estaba programado, según reseña EFE.
“Cada proceso debe realizarse con mucha firmeza. Bajo la guía del gobierno, cumpliremos nuestra responsabilidad”, dijo Junichi Matsumoto, responsable de la iniciativa, quien también explicó que el vertido pararía si se detecta algún tipo de anomalía.
Tokyo Electric Power (TEPCO), la operadora de la planta, decidió dar comienzo al proceso luego de asegurarse de que la concentración de residuos radioactivos se encontraba dentro de lo estipulado y que no había irregularidades en sus sistemas.
El vertido de agua ha comenzado más de doce años después de la crisis nuclear acarreada por el terremoto y tsunami que sacudieron esta zona de Japón en 2011, y se lleva a cabo tras someterse a un proceso de depurado a través de un circuito llamado ALPS (Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos).
El Ejecutivo nipón decidió en 2021 recurrir a la descarga controlada al mar como vía para deshacerse del líquido contaminado que se acumula en las instalaciones nucleares, donde se agota el espacio para los grandes tanques que lo almacenan, y lo que se considera un paso fundamental para el desmantelamiento de la planta.
El agua contaminada es tratada con el sistema ALPS
El agua contaminada es tratada con el sistema ALPS, capaz de retirar por completo 62 tipos de materiales radiactivos, a excepción del tritio y del carbono-14. El proceso del vertido será supervisado por las autoridades niponas y por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para garantizar que se ajusta a los estándares de seguridad.
Según dijo TEPCO, tras un análisis reciente, se habría comprobado que la concentración de tritio se encuentra “muy por debajo” del estándar nacional para que se pueda realizar el vertido y “se ha confirmado que se ha diluido tal y como se esperaba”.
Después del vertido, la empresa también mandará un barco para llevar a cabo un monitoreo de la zona y de las condiciones del agua, aunque no especificó la hora a la que comenzará este proceso hoy y publicará a tiempo real los datos en su web para “asegurar transparencia”.
La primera descarga se prolongará durante 17 días y donde se van a verter unas 7.800 toneladas de agua, sin embargo, dado que no se puede detener por completo la generación de agua contaminada en el proceso de desmantelamiento de la central, se espera que el vertido se prolongue durante unos 30 años.