A juicio del expresidente Sebastián Piñera, su segunda administración fue víctima de un golpe de Estado no tradicional. En conversaciones con radio Mitre de Argentina, el exmandatario abordó el estallido social de 2019, calificando lo ocurrido como un intento de desestabilizar su gobierno.
“La violencia es otro cáncer que tenemos y yo creo que los cánceres que tenemos en Latinoamérica son la violencia y el populismo. La violencia, estoy hablando del narcotráfico, el crimen organizado y por supuesto la corrupción, ahí hay tres males que tenemos que enfrentar con toda la fuerza del mundo“, dijo como antesala al encuentro del Grupo Libertad y Democracia que se realiza este viernes en Buenos Aires.
Asimismo, señaló que “fue un golpe de Estado para debilitar las bases mismas de la democracia y usaron brutalmente la violencia. Era una violencia irracional, estaban dispuestos a destruirlo y quemarlo todo, iglesias, colegios, hospitales, monumentos, plantas de energía, lo que se cruzara en su camino”.
En este orden de ideas, no dudó en manifestar que se trató de deteriorar la democracia y para ello, “el fuego fue el gran aliado de los terroristas y anarquistas que quisieron destruir nuestro país”.
No obstante, enfatizó que “afortunadamente Chile resistió, y después tuvimos un plebiscito por una Constitución, en que -en mi opinión- volvimos a poner las cosas en su lugar y a comprender que los países avanzan cuando hay estabilidad política, que permita dar proyección”.
Durante la conversación también mencionó al presidente de la República, Gabriel Boric, criticando su Gobierno porque considera que no está solucionando los problemas prioritarios de los ciudadanos.
En esta linea aseguró que el jefe de Estado “no está conduciendo al país por el camino adecuado, porque tenemos grandes problemas de estancamiento económico, de inseguridad, de falta de confianza y acuerdos básicos“. A su vez, acotó que cuando “la izquierda cuando era oposición fue muy condescendiente con los delincuentes, no los combatió con la fuerza que requería, justificaba la violencia como una forma de instrumento político”.