En la jornada de este lunes, el Vaticano emitió por primera vez un documento oficial autorizando la bendición de parejas del mismo sexo y aquellas que se encuentran en “situaciones irregulares” dentro de la Iglesia católica. Sin embargo, la duda que ha surgido en relación a esto es si la máxima iglesia católica está aprobando el matrimonio de personas del mismo sexo.
Y la respuesta es que el matrimonio sigue estando prohibido, según recoge Infobae. De hecho, en el documento, aprobado por el papa Francisco, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se mantiene la firma oposición al matrimonio homosexual.
“Se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su ‘status’ ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio”, señalan.
De igual forma, aclara que “esta bendición (de personas homosexuales) nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos. Ni siquiera con las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio”.
El documento profundiza en una carta que el Papa Francisco envió a dos cardenales conservadores, la cual fue publicada en octubre. En esa respuesta preliminar, el sumo pontífice sugirió que las bendiciones de parejas del mismo sexo podrían ofrecerse en algunas circunstancias, siempre y cuando no se confundiera el ritual con el sacramento del matrimonio.
Es importante destacar que este nuevo pronunciamiento supone un cambio en relación a la postura que la congregación había publicado en marzo de 2021, que decía que la Iglesia católica no podía impartir su bendición a las uniones de personas del mismo sexo.
“En su misterio de amor, a través de Cristo, Dios comunica a su Iglesia el poder de bendecir. Concedida por Dios al ser humano y otorgada por estos al prójimo, la bendición se transforma en inclusión, solidaridad y pacificación. Es un mensaje positivo de consuelo, atención y aliento“.
“No se debe ni promover ni prever un ritual para las bendiciones de parejas en una situación irregular, pero no se debe tampoco impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a cada situación en la que se pida la ayuda de Dios a través de una simple bendición”.