Tras años de enfrentar una crisis demográfica persistente, los impactos devastadores del Covid-19 y las pérdidas en Ucrania, el gobierno de Vladimir Putin en Rusia está promoviendo activamente la idea de incentivar a las mujeres a tener hijos. En este contexto, se observa un aumento en las restricciones hacia el acceso al aborto y a métodos anticonceptivos, los cuales están siendo objeto de mayor escrutinio.
De acuerdo con AFP, hasta el momento, el derecho al aborto no había sido objeto de un cuestionamiento significativo en Rusia. Sin embargo, se ha evidenciado durante un tiempo el marcado giro conservador en el régimen de Putin, caracterizado por la represión política y la persecución de individuos pertenecientes a colectivos LGTBIQ+ y organizaciones como Femen.
En la actualidad, el gobierno de Putin vuelve a poner el foco en la cuestión del aborto, y esto no solo responde a consideraciones de índole ideológica, sino también a los crecientes problemas demográficos que enfrenta el país.
Durante una rueda de prensa, el presidente ruso, Vladimir Putin, expresó su oposición a la prohibición del aborto. Sin embargo, al mismo tiempo, señaló que la interrupción del embarazo se percibe como contraria a los intereses nacionales del país. En la línea de la nueva ideología oficial conservadora, el aborto es considerado como un acto que traiciona los principios fundamentales de esta visión ideológica emergente.
La guerra en Ucrania, sin lugar a dudas, ejerce una gran influencia en estas nuevas políticas. Según relata para AFP Leda Garina, una militante feminista rusa que reside en el exilio en Georgia, la medida transmite un mensaje claro a las mujeres: “Quédense en casa y den a luz más solados”.
El país que fue pionero al despenalizar el aborto en 1920, hoy experimenta una realidad diferente. La Rusia bajo el liderazgo de Putin ha implementado restricciones al aborto en clínicas privadas, instando a los médicos de instituciones públicas a desalentar a las mujeres de interrumpir sus embarazos.
Además, se ha dificultado el acceso a contraceptivos de urgencia en diversas regiones rusas. Enmarcando estas medidas bajo la premisa de “resolver el problema demográfico” del país, Putin aboga por la procreación al declarar que “las mujeres deben preservar la vida del bebé”.
A pesar de que la medida ya está siendo implementada en gran parte del territorio, algunos individuos aún muestran resistencia. En respuesta, el gobierno de Putin ha iniciado sanciones contra aquellos profesionales que se oponen a cumplir con estas nuevas directrices.