La capacidad de una inteligencia artificial (IA) para emular las funciones de un médico al diagnosticar enfermedades o ayudar en la detección de cánceres en la sangre no es novedosa. Sin embargo, la capacidad de predecir la muerte de una persona con gran precisión es un avance reciente. Este desarrollo proviene de un equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU).
Los investigadores han desarrollado un modelo de inteligencia artificial llamado “life2vec”, el cual predice la mortalidad de individuos utilizando una extensa base de datos personal y sociodemográfica. Este modelo logra una tasa de acierto del 78%, superando en un 11% a los mejores modelos actuales que también se basan en redes neuronales.
Este avance, publicado en la revista Nature Computational Science, marca un salto significativo en el análisis de datos complejos y abre posibilidades de aplicación en campos como la salud pública, la planificación social y la comprensión de patrones sociodemográficos.
Para lograr este logro, los científicos alimentaron al modelo con datos recopilados entre los años 2008 y 2016. Este intervalo fue seleccionado de manera deliberada, con el propósito de “desafiar” al modelo de inteligencia artificial, exigiéndole prever las circunstancias futuras de los sujetos en un lapso de cuatro años, incluida la probabilidad de fallecimiento de las personas.
Con este fin, se utilizaron datos emparejados, centrándose en individuos de 35 a 65 años, un grupo demográfico cuya tasa de mortalidad resulta estadísticamente más compleja de prever. Además, su enfoque tiene una particularidad adicional, ya que los investigadores tradujeron cada circunstancia de la vida de las personas a palabras en lugar de números.
Es decir, el sistema utiliza el aprendizaje profundo (deep learning) basado en un modelo de lenguaje de gran tamaño, permitiendo que pueda “expresarse” de manera similar a como lo hace el célebre ChatGPT.
En términos más técnicos, emplea una arquitectura de red neuronal compleja, concretamente modelos “transformer”, conocidos por su eficiencia en el procesamiento de secuencias de datos y el reconocimiento de patrones en extensos conjuntos de información.
Este avance, que implica el uso de inteligencia artificial para predecir aspectos de la vida humana, plantea consideraciones éticas importantes. En vista de un futuro que se hace cada vez más presente, es crucial tener en cuenta que estos desarrollos deben ser utilizados de manera responsable, respetando la privacidad de las personas y aplicándose en áreas de la vida con potencial prometedor, sin perder de vista los límites establecidos.