Un proyecto completamente desarrollado por una herramienta de inteligencia artificial (IA) fue oficializado como ley en la ciudad de Porto Alegre, ubicada en el sur de Brasil. El concejal a cargo de esta iniciativa informó el miércoles sobre este hecho, sorprendiendo a sus colegas con este “experimento”, que busca abrir un debate sobre la integración de la tecnología en la toma de decisiones legislativas.
A través de un video compartido en redes sociales, Ramiro Rosário, quien figuraba hasta ahora como autor del proyecto, sostuvo que se trata de la primera normal del país sudamericano hecha con tecnología. “La primera ley brasileña hecha exclusivamente por inteligencia artificial está vigente aquí en Porto Alegre“, dijo el militante del partido Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centro).
Según destacó en sus declaraciones, la meta de este proyecto es tener una visión y comprender los efectos económicos y sociales que el avance de esta tecnología pueda generar en el país.
La ley redactada por inteligencia artificial, la cual exonera a los ciudadanos del pago por un nuevo medidor de consumo de agua en casos de robo, fue aprobada de manera unánime entre los legisladores que desconocían su autoría real. Esto ocurrió el pasado 18 de octubre y entró en vigencia el 23 de este mes tras la sanción por parte del alcalde, Sebastiao Melo.
En declaraciones de Rosario a AFP, “además de atender una demanda importante para la ciudad, estamos generando un debate sobre el uso de la tecnología, de la inteligencia artificial, para mejorar la calidad del servicio público en Brasil”.
En este contexto y sin informar a los colegas, el concejal “quería demostrar la condición técnica del texto para atravesar todos los requisitos legales hasta ser sancionado“.
“Es un peligro”
Tras darse a conocer que fue solo un experimento, el presidente de la legislatura municipal, Hamilton Sossmeier (PTB), manifestó su posición en relación al uso de la IA para crear leyes. Si bien no está prohibido hacer uso de esta tecnología, “es un precedente peligroso” y “encendió una alerta”.
En este sentido, aseveró que Rosario, con su experimento, puso a prueba en su tarea legislativa el uso del ChatGPT, de la empresa estadounidense OpenAI, al pedirle que elaborara un proyecto municipal para la ciudad “gaúcha” sobre la prohibición de cobrar al dueño del inmueble el costo del aparato de medición, si fuera robado.
Pues la solicitud generó instantáneamente un documento con ocho artículos y sus respectivas justificaciones, incluso incorporando un plazo (que no fue solicitado) para la sustitución del dispositivo, entre otros puntos.